Técnicas de disciplina positiva
July 30, 2014

Por Marta Montañez
Desarrolladora de Currículo
La disciplina positiva es aquella que ayuda al niño a crecer de manera saludable a nivel emocional y le permite ser feliz. Se basa en amabilidad y firmeza, respeto mutuo, estímulo, enfocar errores como oportunidades de aprendizaje, pertenencia y alta autoestima.
Herramientas de acción:
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Asegúrese que el niño o niña reciba un mensaje de amor y respeto.
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Fomente que desarrolle percepciones de que es importante y aceptado.
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Provéale responsbilidad. No haga cosas que ellos pueden hacer.
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Pregunte ¿qué? y ¿cómo?: ¿Qué ha ocurrido?, ¿Cómo te sientes con lo que ha pasado?, ¿Qué has aprendido?
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Formule preguntas de curiosidad. Éstas logran que el niño o niña observe sus sentimientos.
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Envuelva al niño o niña en las soluciones, enseñéle a manejar y solucionar problemas.
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Celebre en familia a menudo, fomente la solución de conflictos y la cooperación familiar.
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Permítale resolver problemas, utilizando reglas; no culpando. Céntrece en soluciones
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Enseñe a resolver problemas. No responda a la provocación, dialogue con respeto, elija soluciones juntos y pida ayuda.
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Establezca rutinas.
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Ofrezca alternativas limitadas, brinde libertad de elegir y motive a actuar.
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Reoriente el poder: la participación brinda otras oportunidades no solo el obedecer.
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Utilice el “Me doy cuenta” en vez de "¿Has hecho esto o aquello?"
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Utilice emociones de manera honesta. “Me siento …, cuando…, porque… y me gustaría…"
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Diferencie sentimiento de acción. Ventile sentimientos, no acciones violentas.
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Asuma responsabilidades en conflictos – acepte culpas, fomente y felicite al niño cuando asuma las suyas.
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Utilice cronómetro. Ayude a decidir cuando empezar o terminar una actividad.
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Adéntrese en el mundo del niño o niña.
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Escuche de manera reflexive, parafrasee las palabras o sentimientos del niño.
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Utilice señales no verbales. Caras, gestos.
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Enseñe consecuencias naturales suceden según lo que el niño eligió, sin que el adulto haya hecho nada.
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Enseñe consecuencias lógicas. Deben aplicarse sin coraje, fuerza ni humillación.
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Anime en lugar de recompensar, estas acciones llevan a la autoconfianza y no a la dependencia.
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Abrace a su hijo. Mejora la actitud del niño y del adulto.
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Dedíquele tiempo a sus hijos, pueden ser minutos, los hace sentir aceptados e importantes y permite compartir experiencias y sentimientos.